La vivienda está ubicada en el casco histórico de Castellón, en un edificio historicista de 1947 construido por el conocido poeta Bernat Artola, que tuvo en este edificio su estudio taller. La vivienda se encontraba prácticamente en origen por lo que requería una reforma y rehabilitación integral. Sin embargo, ofrecía elementos constructivos y de carpintería que daban la oportunidad de rescatar las raíces y contar su historia.
El estudio Vitale lleva a cabo el proyecto de reforma y rehabilitación que recupera la esencia de la construcción original y aporta una nueva mirada abierta. Pone en valor el alma cálida y auténtica del espacio en busca de un hogar muy funcional e inspirador para una pareja de creativos (que aporta además varias piezas modernistas y art decó de principios del siglo XX).
La vivienda se desarrolla en torno a tres grandes núcleos: zona de noche, zona de día y exterior. La planta es rectangular alargada y cuenta con una superficie útil de casi 80 m2 conectada con un peculiar patio elevado de otros 25 m2. Originalmente la vivienda se encontraba subdividida en 8 espacios, con un solo baño y una cocina pequeña. Las nuevas necesidades funcionales redefinen por completo la distribución para emplear la zona de acceso (situada en la parte central de la vivienda) como espacio integrado que transita entre la zona de día y la zona de noche. El diseño proporciona espacios multifuncionales, minimiza las zonas de paso y optimiza la superficie disponible y la luz natural. Se genera un segundo baño y se convierte a la cocina office en una zona protagonista de casi 25 m2. La cocina queda directamente conectada a la zona exterior de la vivienda (que incorpora además un trastero con lavadero).
La zona de entrada se convierte en un espacio contenedor de gran capacidad y funcionalidad que sirve también como ropero. Era importante conseguir la mayor cantidad posible de espacio de almacenamiento y que fuera oculto para ayudar a mantener la sensación de orden con poco esfuerzo.
El salón queda visualmente subdividido por un elemento de mobiliario diseñado a medida con trasera de rejilla de mimbre natural que oculta la televisión y alcanza el techo con un marco metálico. Este mueble da continuidad hacia una zona de biblioteca, que actúa como antesala del baño de cortesía con una puerta corredera con guía metálica vista. Todas las puertas de paso, así como el ventanal decorativo que separa el salón de la cocina, son elementos originales que se han decapado y acabado tan solo con cera natural.
El dormitorio de invitados se cierra con una cortina angular cuando es preciso tener privacidad. Era importante que no fuera una estancia con tan solo un uso esporádico sino que se convirtiera en un espacio lo más abierto posible que resultara útil en el día a día. Por otra parte, era preciso poder alojar adecuadamente hasta 4 adultos en apenas 7,5 m2. Se da solución con una cama abatible con escritorio integrado y se habilita una segunda cama de matrimonio en un espacioso altillo que añade otros 4 m2 a la superficie inicial. El acceso al altillo se hace por una escultural escalera metálica fijada a la pared.
El dormitorio principal incorpora una cómoda y un cabezal modernistas que se enmarca sobre un volumen retroiluminado revestido con cerámica tradicional verde oliva.
El baño se integra parcialmente en el dormitorio con un solemne lavabo obtenido de un bloque macizo de mármol blanco de Carrara apomazado inspirado en los lavaderos tradicionales de piedra. El lavabo se apoya sobre un mueble suspendido que emplea de nuevo la rejilla de mimbre natural y se complementa con un contenedor espejado con apliques de camerino. Todo se ha diseñado a medida para el proyecto.
La parte más privada del baño queda separada como un espacio para el recogimiento con iluminación totalmente indirecta. Incorpora un generoso elemento de almacenaje suspendido con las puertas espejadas que desaparece de la vista y consigue duplicar la sensación espacial.
Proyecto de Interiorismo y Diseño: Vitale
Fotografías: Vitale